Sueño sin poder dormir

Para todos mis amigos de todos los tiempos, este blog…

Sueño sin poder dormir, hasta en las noches de puro cansancio. El deseo por descubrir y renovar va dirigido a mis pensamientos todos los días. Hace años me siento renunciado a los tiempos de friki de parque urbano que se agrupa con vagos amigos a recorrer ciudades a través del transporte obrero, gratis y sin tiempo de llegada. A cruzar pueblos en un tren donde la juntamenta improvisa interesantes temas de conversaciones. El aliento de esos días lo daban los intensivos de café, los cigarros y algún pan con picadillo entristecido de las cafeterías.

Uno se siente dueño de sus aventuras desde esas inmundicias pasajeras que te convierten en un bohemio de pueblo.

Cuando te separas de tu casa para desandar con tus amigos no hay reloj que te ajuste. Encuentras más oscuridad que en la oscuridad de la noche.

Mi ciudad ronca, no por cansancio sino por vejez. Lo entendí en medio del silencio de la madrugada, cuando te convences al escuchar esos techos pujar contra el viento, contra los gorriones que le han quitado refugio a los mismos murciélagos, a los mismos perros de corredores, a los indigentes que se encuentran frente a las tiendas, para amanecer cerca de la cola del periódico.

En el arduo trabajo diario, mis manos no se asemejan al frotar la tierra, a como huelen las de los ancianos que llevan el aroma de las plantas del patio a plena mañana, aun sin cepillarse. La costumbre de remover la tierra por esfuerzo con una escoba es definitivamente el ejercicio poético de la mañana para ganarse el trago de café en una tasita de porcelana.

Hay bellas costumbres socialistas que perduran como es limpiarse el culo con periódicos. Ellas hacen la higiene de lo bohemio, de la práctica hogareña… El apuro de ajustar el llavín que ya conoces y te hace perder la calma de las manos.

Es increíble como arrancamos de los jardines la verbena y la albahaca para sostener el espacio de las flores cuando nos perdemos de que hacer un té para relajarnos por la mañana de ciertos tropezones.